lunes, 28 de febrero de 2011

Ned Flanders vive!!!!!!!!!!!!!!




...y creo que vive en Barbate!!!, aunque esto último sólo es una teoría


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martes, 22 de febrero de 2011

Otro 30 aniversario (23 Febrero 1981)

Seguimos con los 30 aniversarios. Esta vez "celebramos" el 30 aniversario del 23 F, asalto al Congreso por el teniente coronel Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981. Los diputados se encontraban votando la investidura como presidente del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo cuando los guardias civiles irrumpieron en el edificio de la Carrera de San Jerónimo.
Todo el mundo recuerda lo que estaba haciendo cuando se enteró del tema. Yo tenía 9 añitos, pero recuerdo que pusieron muchos dibujos animados en la tele y que no fuimos al colegio.



Muchos hay que les gustaría ver los tanques en la calle otra vez...

lunes, 21 de febrero de 2011

30ª edición de ARCOmadrid (Feria de Arte Contemporáneo de Madrid "ARCO")

Ayer finalizó la 30ª edición de ARCOmadrid y quisiera comentar alguna cosilla. De primeras quisiera decir que NO entiendo de arte. A mi me gusta Giovanni Antonio Canal "Canaletto" y si hablamos de algo más moderno, Claude Monet, así que alucino cuando veo reportajes en televisión y en los dominicales de los periódicos sobre la feria ARCO.

Me disponía a escribir algo cuando he visto un magnífico artículo-reflexión escrita por Fernando Díaz Villanueva en "Libertad Digital"


Los medios de comunicación dan una generosa cobertura a las tres ferias, pero es en Arco donde pierden la cabeza. Sacan especiales, envían críticos de arte, llenan las páginas de cultura con las novedades y propuestas (palabra muy de este mundillo) de cada año y alquilan un puesto dentro de la feria para que se vea que son gente culta y refinada. Por eso, para visitar Arco lo mejor es empezar por los stand de los dos principales diarios nacionales, El País y El Mundo, para abrir boca y ver lo que ambos "proponen" esta temporada.

Este año, por suerte, están muy cerca el uno del otro. El Mundo ha colocado su stand-obra de arte junto a la cafetería, lo cual se agradece si tanto arte, tanta propuesta y tanta emergencia creativa le funden a uno los plomos nada más entrar. Repuestos tras la primera impresión, nada mejor que sumergirse en la obra de Alberto Bañuelos, un burgalés con barba que asegura que es escultor.

"Exacto, he dicho estafa"

Su obra cubre todo el stand de El Mundo. La cosa se titula "Homenaje a Robert Smithson II" y consiste en nueve piezas de alabastro como recién sacadas de una mina colocadas sobre el suelo y luego, después de trazar una ligera curva, colgadas de la pared. A la gente normal, a la plebe que no entiende de esto, le parece eso mismo, nueve pedruscos que deben pesar un quintal tirados en el suelo. Para Bañuelos, sin embargo, es una reflexión "sobre la fuerza estética y la potencialidad expresiva que se derivan de establecer un diálogo entre la práctica del arte escultórico (en especial, a través de la talla directa) con los dictados materiales y formales propios de la piedra". Ahí es nada.

El autor, delante de la así llamada "instalación" espera con una sonrisa de oreja a oreja a que Pilar del Castillo o Carmen Thyssen, que se hacen unas fotos a pocos metros, se acerquen para maravillarse de tanta genialidad en tan poco espacio. El cronista, sorprendido, comenta en su presencia y en voz alta que las piedras tienen poco de arte y mucho de estafa. A Bañuelos, escultor, se le enciende la mirada y pregunta ofendido "¿ha dicho usted estafa?", "exacto, he dicho estafa", replico sintiéndolo mucho por Robert Smithson II y por el primero también, que probablemente no se merezca algo así. Puede siempre llamar a la Guardia Civil y pedir que me desalojen de aquel templo de la pose modernoide que he profanado con mi insolente sentido común.

El visitante pronto advierte que lo de Bañuelos es pecata minuta al lado de lo que va a ver. En el stand de El País, por ejemplo, la obra se llama "Sala de Juntas", y consiste en unos muebles medio destrozados volando por los aires gracias a unos hilos de nylon que sujetan los pedazos desde el techo. Algo así como una oficina en la que acaba de estallar una bomba. Los autores son dos cubanos, Marco Castillo y Dagoberto Rodríguez, que conforman el grupo artístico denominado "Los Carpinteros". Se trata, en sus propias palabras, de "construir la destrucción", aunque parece justo lo contrario, muebles que estaban en perfecto estado y que estos caballeros antillanos han destrozado a modo. Todo sea por el arte.

En El País, donde son muy culturetas y muy flipadillos de todas estas tonteríassí que es una metáfora, pero no de la crisis financiera, sino de la del grupo editor del diario, que no pasa por sus mejores momentos y anda de un tiempo a esta parte jugando a el gato y el ratón con la bancarrota. Si querían metáfora la tienen, aunque hubiese sido más efectivo poner el balance encima de una mesa y que cada uno sacase sus propias conclusiones. No es tan artístico pero sale mucho más barato.


Con la revuelta sala de juntas prisaica a popa, enfilo el pabellón 8 de Ifema, donde cada stand reserva una sorpresa a ojos poco entrenados para el timo artístico como los de un servidor. En uno un marco de hierro sin nada dentro ocupa media pared. En otro unos televisores de 14 pulgadas tirados en el suelo muestran un angustioso vídeo de unos cachorros de diferentes razas de perro metidos en una caja. Los entendidos abren la boca extasiados y sacan sus cámaras compactas del bolso para fotografiar las teles con su indefenso cachorrillo buscando la salida.


Un poco más allá una bicicleta de carreras pintada de blanco y puesta en posición verticalcausa sensación. Un cursi con barbita, librito y gafitas en la mano glosa las virtudes de la composición. En casa yo también tengo colocada así la bici, aunque es cierto que no había pensado en pintarla de blanco, pero, vamos, eso es cosa de un par de horas de Titanlux.

Mi garaje va a terminar siendo una galería de arte contemporáneo y yo sin enterarme. A metro y medio de la bicicleta hay una silla blanca de plástico sujetando una puerta. La miro una vez, otra, una más para cerciorarme, me agacho, busco la etiqueta para saber el nombre de la obra y del autor. No hay etiqueta. Pregunto si es también una obra de arte. No, es simplemente una silla blanca de plástico sujetando una puerta.

El clavo y las sacas

Caminando entre puestos y más puestos que ofrecen a la parroquia cuadros clónicos, todos abstractos borroneados en el estilo de Antoni Tapiès, penetro en una galería lisboeta. La encargada me da precios con mucha amabilidad. Un cuadro hecho de papel mojado y prensado con forma de tronco 6.000 euros, unos garabatos 9.000 euros y así todo. Salgo echándome mano a la cartera. Sigue ahí. Tres hileras de stands más allá una galería de Vitoria me recibe con dos de las piezas estrella de la feria: el clavo y las sacas.

Me explico, el clavo es literalmente un clavo, aunque de dimensiones extraordinarias, como de metro y medio de altura que viene acompañado de una aguja de igual tamaño. La encargada, que no es lisboeta precisamente, estudia de arriba a abajo mi machadiano aliño indumentario y accede a confiarme el precio de sus incunables. El clavo referido sale por 24.000 eurostres martillos en tamaño real unidos por la cabeza. Difíciles de utilizar pero, a cambio, contenidos de precio, sólo 12.000 euros.

Dentro del stand dos sorpresas más. En la esquina cinco sacas de correos hechas en nylon llenas de cartas. Enfrente un estante tipo Ikea con tres balanzas antiguas colocadas una al lado de la otra. Dos de las balanzas son de plástico y parecen sacadas a hurtadillas de la cocina de la serie Cuéntame. La otra, en hierro forjado, es más antigua, aunque está oxidada y en un estado de conservación lamentable. Dudo que pueda pesar algo. La peculiaridad, lo que las convierte en una obra de arte, es, según me cuenta la galerista, su disposición no la materia prima. Supongo que también sumará en su haber artístico el hecho de que los indicadores de peso estén invertidos. Ya se sabe lo incorrectos y rebeldes que son estos creadores contemporáneos. Va uno a pesar y le sale el peso al revés. ¡Cuánta irreverencia!

Las balanzas parecerán poca cosa, pero es que son una auténtica ganga. 4.000 euros de nada, aproximadamente lo mismo que una Vespa. Desconozco si el estante va incluido o hay que acercarse al Ikea más cercano para comprarlo aparte. Las sacas son algo más caras, 10.000 euros y, como en la propuesta anterior, lo que se paga es el "concepto" (sic), es decir, unas sacas apoyadas en la pared. Siempre supe que los de la oficina de Correos de mi barrio eran unos artistas, pero no hasta este punto.

Como es el concepto lo que se compra no sé si, después de pagar, podrá uno llevarse las sacas en el maletero del coche. No pregunto, no vaya a ser que la que llame a la Guardia Civil sea la sufrida encargada que me afea la conducta recordándome que "antes de enviar a la gente (a ARCO) tendrían que enviarla informada de los diferentes mundos que existen en el mercado, en la industria y en todos los sitios". Propuesta aceptada, me voy.

Ferralla, portones oxidados y restos de obra

Sin reponerme aún del efecto saca, topo con otra galería, madrileña esta vez, que expone las obras de un artista austriaco. Me fijo en una de ellas, es una ferralla con forma de bola colgada del techo. El encargado, un joven con barba bien recortada y pulido aspecto, me da el precio: 7.200 euros. Si fuese un poco más grande quedaría perfecta en una rotonda. Su autor se llama Michael Kienzer y, según parece, es muy conocido, y no precisamente en su casa a las horas de comer. El hombre expone por medio mundo y algunas ciudades se rifan sus "instalaciones".


Gracias a ARCO tengo el privilegio de contemplar en persona dos obras más de este gigante. Una de ellas ocupa el centro de una de las alas del stand. Es una columna formada por rollos de cinta aislante como la que se utiliza para cerrar las cajas durante las mudanzas. La columna es alta, de unos dos metros, y provoca la admiración de los transeúntes, que la fotografían como si estuviesen ante el David de Miguel Ángel. En una de las cintas apiladas puede leerse "nicht werfen!", es decir, no menear, que un golpe y la propuesta se va directa al suelo. Y por propuesta aquí hay que entender 14.000 euros contantes y sonantes, precio final de este singular monumento, único en el mundo, a la cinta de carrocero.

En el otro extremo del stand Kienzer nos sorprende con una de sus obras maestras. Se titula "Holz, glas, aluminum" (madera, cristal, aluminio) y consiste en unos tablones de aglomerado, unas lunas y unos paneles de aluminio dispuestos en forma de L sobre el suelo y la pared. Lo descubro gracias al galerista, que me informa del precio, 30.000 euros. Al entrar pensé que se trataba de unos restos de los obreros que montaron el stand se habían dejado allí olvidados. Lo mismo debe pasar con casi todo el mundo, porque nadie le hace fotos. Una pena, si algo resume esta desconcertante feria de los horrores son esos materiales de obra apilados a la entrada del stand.

Me afano en tomarlo desde distintos ángulos con la cámara de fotos. Entonces se produce el milagro. El genio de Kienzer renace, los visitantes, avisados por el fotógrafo de prensa, empiezan a admirar una obra que, hasta un minuto antes, era un simple resto de obra. En el concurso de pedanterías que se suceden un señor con gafas de pasta se lleva el gordo diciendo a su acompañante que ambos se encuentra "ante una propuesta (sic) muy arriesgada". Y tanto. Tan arriesgada que pasa desapercibida. Un hacha este Kienzer.

Para que no se diga que los modernos no le dan importancia a la fotografía, unos cuadritos muestran la obra fotográfica de un autor alemán de los años 70. Riguroso blanco y negro, más contraste del que debería tener, pésimo encuadre, grano a raudales y el autor como motivo principal retratándose con un mono de látex con un agujero en la entrepierna. Como aficionado me cuesta entender tanto feísmo y tantos errores técnicos. Quizá el autor los buscaba, o quizá nunca supo hacer fotos y por eso decidió hacer "arte", que, además, se paga mucho mejor. "Es un autor de culto" apostilla el galerista, "de culto satánico, sí" remato ligeramente ofendido.

De regreso al pabellón 10 la última sorpresa. Sobre una mampara el portón oxidado de un Land Rover pintarrajeado y con la chapa levantada. A su lado dos capós. Uno de un Seat 127, el otro de un coche desconocido. Ambos estampados artísticamente con un churretón de pintura. El galerista mantiene una animada conversación por su iPhone. Tal vez esté hablando con el del desguace para que le envíe una nueva remesa de despojos antes de meterlos en el compactador.

Si la mañana se le da bien habrá hecho una fortuna con la puerta y los dos capós. La primera, que lleva por título "All Gold" sale por 28.000 euros, los segundos por 10.500 la unidad. No se seré yo quien diga que el pagar ese dineral por un capó de desguace es un disparate, a fin de cuentas de lo que se trata es de captar el concepto. Una vez hecho eso hay que aligerar la billetera. La propuesta seguro que lo vale.













Ya me parecieron un timo unas "propuestas" de un tipo que era el novio de la hermana de un amigo y al que llamabamos Bin Laden (por su evidente parecido físico aunque con 25 kilos de más), pero que comparado con esto, te juro que el Bin Laden era el puto Van Gogh.

jueves, 17 de febrero de 2011

Delitos asombrosos

(Algo viejuno, pero siempre gracioso)

Condenado por irrumpir en un club de alterne armado y gritando 'esta noche manda mi polla'


ELMUNDO.ES

GRANADA.- Irrumpió en el club de alterne pistola en mano. Ordenó que cerraran el local con las empleadas y los clientes presentes en ese momento en el interior y exigió a la camarera que empezara a ponerle copas a todo el mundo. "Soy el jefe y esta noche manda mi polla", gritó mientras colocaba en la barra la pistola que esgrimía.

El hombre logró bloquear el cerrojo de la puerta de entrada y, por espacio de dos horas, nadie pudo entrar ni salir del local. Acto seguido, destrozó la caja registradora y se apoderó de unos 100 euros. Su 'aventura' concluyó cuando una de las víctimas pudo avisar desde dentro a la Guardia Civil, que acudió al rescate.

Ahora, el detenido, un chatarrero vecino de Benalúa de Guadix, ha sido condenado por la Audiencia provincial de Granada a cuatro años de cárcel por la comisión de un delito de detención ilegal y otro de robo con intimidación. Además, deberá pagar una multa por un tercer delito de daños, según la sentencia de la que informaba este martes el diario Ideal.

El suceso se produjo en un local ubicado en la A-92 a su paso por Granada. Además del chatarrero, dos compañeros de correrías también han sido condenados a abonar sendas multas por daños.

Los acusados se conformaron con la petición fiscal sin necesidad de que se celebrarse la vista oral del juicio.

miércoles, 9 de febrero de 2011

El Himno de España es de origen Andalusí


Ibn Bayyah (ابن باجة) de nombre completo Abu Bakr Muhammad ibn Yahya ibn al-Sa'ig ibn Bayyah (أبو بكر محمد بن يحيى بن الصايغ), más conocido como Avempace, fue un filósofo de Al-Ándalus, nacido en Zaragoza, capital de la Taifa de Saraqusta, hacia 1080 y muerto en Fez en 1138, que cultivó además la medicina, la poesía, la física la botánica, la música y la astronomía.

Su pensamiento tuvo gran influencia en Ibn Rushd (Averroes) y Alberto Magno. La mayoría de sus escritos y un libro no se vieron completados (o bien organizados) debido a su pronta muerte.

Tenía vastos conocimientos de medicina, matemáticas y astronomía. Su obra capital, titulada El régimen del solitario, expresa una protesta moral contra el materialismo y la vida mundana de las clases dominantes de la época. Afirma que, dada la corrupción de la sociedad, el hombre que ha comprendido su verdadera condición debe mantenerse al margen de ella, al menos con el pensamiento.
Nace en Zaragoza entre 1070 y 1090 de familia humilde, hijo de plateros. Cuando Zaragoza es ocupada por los almorávides, su primer gobernador, Ibn Tifilwit, lo recibió entre sus íntimos, nombrándolo visir, cargo que ocupó probablemente de 1115 a 1117.

Durante ese periodo fue enviado a una misión diplomática ante los hudíes desterrados, pero fue hecho prisionero por éstos, aunque por poco tiempo. En 1118, con la conquista cristiana, se ve obligado a emigrar. Luego lo encontraremos en Játiva, Almería, Granada y Orán, hasta recalar en la ciudad de Fez, donde murió, probablemente envenenado, en 1139.


Sus obras abarcan más de cuarenta títulos, aunque la mayoría no han llegado hasta nosotros. Destacan, en primer lugar, los comentarios a las obras de Aristóteles, que parecen pertenecer a la primera etapa de su producción, y que corresponde a sus inicios en Zaragoza. Así los Comentarios a la Física, a la Lógica, el tratado Sobre el alma, el de la Generación y corrupción, la Historia de los animales y la Historia de las plantas, entre otras.

Entre sus obras originales, que podrían pertenecer a una etapa posterior, en el exilio, hay que mencionar sobre todo tres: El régimen del solitario, el Tratado de la unión del Intelecto con el Hombre y la Carta del adiós. Todas ellas fueron vertidas al castellano por el excelso arabista aragonés Miguel Asín y Palacios.

Fue muy temprana su inclinación a la música y la poesía, que en la época eran indisociables. Todos los autores coinciden en sus dotes para el canto, la ejecución, la composición y la teoría musical. En este campo escribió un extenso tratado titulado Fi-l-alhan (Sobre las melodías musicales), hoy perdido. Además compuso un comentario al tratado sobre la música de Al-Farabi, que, en opinión del historiador argelino Al-Maqqarí (1591-1634) hacían inútiles todos los libros escritos sobre el tema con anterioridad.


En cuanto a su actividad como poeta, nos han llegado algunas composiciones y anécdotas que reflejan su ingenio y dotes poéticas, pero su posible producción nos es desconocida. El islamólogo español Emilio García Gómez (1905-1995) considera que fue Avempace quien fundió por primera vez la poesía árabe clásica con las formas romances de la lírica de influencia cristiana; según el mismo autor el resultado fue la forma de moaxaja llamada zéjel, compuesta en árabe dialectal y adaptado a la melodía de las canciones cristianas.

El portal Webislam de conversos españoles al Islam, publicó que la partitura de la Nuba al-Istihal de Avempace (siglo XI), con arreglos de Omar Metiou y Eduardo Paniagua, guarda una similitud casi absoluta con la marcha granadera (siglo XVIII) que es hoy himno oficial de España



Juzgad vosotros mismos.



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jueves, 3 de febrero de 2011

La Guerra de la Doble Muerte - Alejandro Castroguer


Autor: Alejandro Castroguer
Título: La Guerra de la Doble Muerte
Editorial: Almuzara
Paginas: 400
Valoración: *___ (1/5) (Por no ponerle un CERO)
Fecha de publicación: 2010

Sinopsis:
"A mediados de diciembre de 2009, unos asesinatos en Hornachuelos (Córdoba) saltan a los titulares de los periódicos y los telediarios a pesar del intento de ocultación del Gobierno, quien lanza una cortina de humo en torno a la violencia de los ataques, a pesar de que éstos rozan el canibalismo. La crisis de la doble muerte estalla en toda Andalucía sin que nadie sepa responder a la misma con presteza.

Unos meses más tarde, en febrero de 2010, el estallido de la economía mundial apenas puede disimular la gravedad de lo ocurrido en Andalucía durante las últimas semanas. Se barajan diversas hipótesis como desencadenantes de la resurrección de la carne, pero lo único cierto es que el hambre se ha extendido por las ocho provincias.

La Guerra de la Doble Muerte es la historia de Judith, Salvador y Jonás; la lucha de estos tres resucitados que, tras perder la práctica totalidad de sus recuerdos, han de enfrentarse a un mundo que no entienden y del que habrán de huir, aunque desconozcan cómo y hacia dónde. Mientras tanto, la propaganda desplegada por las fuerzas militares habla de la Ciudad Negra como única posibilidad de salvación… y de una supuesta cura de la enfermedad."

Menudo truño de libro!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Me dejé llevar por la moda de la literatura zombi y acabé comprando este libro después de leer cosas como Guerra Mundial Z de Max Brooks, Apocalipsis Z Los días oscuros y Apocalipsis Z de Manuel Loureiro, acabo leyendome esta mierda de libro.
Si, lo siento mucho, no me ha gustado NADA de NADA. Reconozco que el argumento es original y llamativo, un libro de zombies desde la perspectiva del zombi y encima ambientado en Andalucía. Pero el autor se pierde en metáforas rebuscadas y rococós, miles de referencias y guiños a novelas, películas, canciones y párrafos inconexos unos con otros. Esto último a lo mejor es porque como me ha costado taaaanto tiempo terminarlo (ponerme a leerlo era un castigo) y es de prosa tan rebuscada (creo que para intentar parecer más inteligente) que casi que le perdía el hilo. Para que os hagais una idea, las 60 páginas finales las he terminado leyendo una de cada cuatro o cinco frases.
En fin, como dijo un "famoso filósofo": Huid, insensatos!!!!!!!

martes, 1 de febrero de 2011

Compartir Colección de Libros

El blog "Novedades en Ebook" cancela todos sus enlaces a día de hoy. La aprobación de leyes por cojones es lo que tiene.

Pero antes de cerrar, le he pegado un "ultimo" vistazo y me he encontrado con este magnífico artículo que paso a meterle un "copy-paste":

http://todoebooks.blogspot.com


Compartir nuestra colección de libros

¿Os gustaría tener vuestra colección de ebooks accesible desde cualquier lugar y cualquier dispositivo? ¿Poder compartir vuestros libros con amigos y familiares a través de internet y de manera sencilla?

Pues esto es posible y vamos a hacer un paso a paso de cómo almacenar nuestra biblioteca en la "nube", generar un catálogo y acceder, consultar y descargar libros desde cualquier dispositivo con conectividad a internet.

Prerrequisitos
Para llevar a cabo este tutorial, vais a necesitar lo siguiente:
Ya que de ambos programas existen versiones para Mac, Win y Linux, podéis utilizar indistintamente cualquiera de estos sistemas operativos.

También partimos del supuesto de que teneis una biblioteca de Calibre correctamente catalogada con vuestros libros.

Paso 1: Obtenemos un alojamiento gratuito en la "nube"

Lo primero que debemos hacer es conseguir una cuenta en un hosting gratuito en la "nube" que nos permita compartir archivos. En este caso hemos optado por usar Dropbox, pero hay otras opciones igualmente válidas.

Vamos a la web de Dropbox, y nos registramos

Una vez registrados, veremos que en nuestro dropbox hay una carpeta llamada "Public". En esta carpeta es en la que alojaremos los archivos que queremos que sean accesibles por los demás.

Vamos a acceder a esa carpeta y dentro crearemos una subcarpeta a la que llamarémos, por ejemplo, "Biblioteca"

Dejamos esta ventana del navegador abierta y de momento pasamos a otra cosa.

Paso 2: Generamos nuestro catálogo

Ejecutamos calibre2opds. Esta es una aplicación Java, así que también suponemos que teneis el runtime correspondiente instalado. Si no lo tenéis, podéis descargarlo de aquí.

Para abrir calibre2opds con su entorno gráfico, desde la consola ejecutaremos:

java -jar OpdsOutput-2.2-SNAPSHOT.jar
Nota: El nombre del archivo dependerá de la versión que tengáis instalada
Este comando abrirá el entorno gráfico de calibre2opds y mostrará una pantalla como la siguiente:

Lo más importante que debemos configuarar aquí es:
  • Database folder: Ruta en la que se encuentra actualmente nuestra base de datos de Calibre
  • Catalog folder: Podéis poner el nombre que queráis al catálogo, pero es recomendable que comienze por "_" para que así aparezca siempre al principio del listado de directorio y sea mas fácil localizarlo.
  • Catalog title: el que queráis poner a vuestro catálogo
  • Compatibility level: En este caso vamos a usar STANZA
Pasamos a la carpeta "Catalog generation options" y marcamos las casillas que no queremos que aparezcan en nuestro catálogo

Pasamos a la carpeta "Advanced customization options". Configurar a vuestro gusto, haced pruebas a ver cómo os gusta más. Yo he marcado lo siguiente
  • Included formats: EPUB (sólo vamos a añadir enlaces a los archivos epub)
Una vez está hecho, pulsamos en "Generate Catalog" y esperamos a que termine (esta operación puede tardar unos minutos, sed pacientes)

Paso 3: Alojar todo esto en la "nube"

Vamos a subir todo, catálogo y contenido a nuestra carpeta pública de Dropbox. Para ello lo más sencillo es que instaléis la aplicación que permite sincronizar carpetas locales con carpetas de Dropbox, aunque también se puede hacer desde la interfaz web.

En mi caso, he instalado la aplicación. Una vez instalada, os creará un directorio llamado "My Dropbox" en donde indicaseis durante la instalación (por defecto en "Mis documentos"). Este directorio será una copia espejo de lo que teneis alojado en Dropbox. Solo teneis que copiar la biblioteca completa (todos los directorios de la biblioteca Calibre + el nuevo directorio "_stanza") dentro de la carpeta "My Dropbox / Public / Biblioteca" que creamos al principio.

Paso 4: Acceso a nuestra biblioteca

Bien, ya casi hemos acabado. Ahora solo nos falta obtener los enlaces para poder acceder a nuestra biblioteca desde cualquier dispositivo con conexión a internet (podemos incluso acceder y descargar libros desde iPhone o iPad).

  • Vamos al directorio "My Dropbox / Public / Biblioteca / _stanza /B
  • Buscamos el archivo catalog.html. Hacemos click con el boton derecho y elegiremos la opción "Dropbox / copy public link" (nota: los que esteis en mac o en linux, podeis hacer esto desde el interfaz web también). Anotamos esta dirección
  • Buscamos el archivo catalog.xml. Hacemos click con el boton derecho y elegiremos la opción "Dropbox / copy public link". Esta será la dirección que usaremos para configurar Stanza en nuestro iPhone / iPad
Por lo que finalmente hemos obtenido dos links, como estos

http://dl.dropbox.com/u/9907628/Biblioteca/_stanza/catalog.html
http://dl.dropbox.com/u/9907628/Biblioteca/_stanza/catalog.xml

Y ya está. Podeis compartir estos links con vuestros amigos. Ellos podrán consultar vuestra biblioteca online, descargar libros y leer lo que les interese.

Animaos y compartid cultura!
1 Libro = 1 Euro ~ Save The Children